jueves, 24 de noviembre de 2011

UN PULSO AL IMPOSIBLE

El otro día me preguntaba cómo estarían negociando el temporal financiero las compañías de teatro que me gustan y me preguntaba también si vivían sólo con sus bolos o tenían que echar mano de ingresos extras provenientes de algún otro lugar.

Si nadie es capaz de encontrar un trabajo decente, ni siquiera un trabajo, imaginen tratar de vivir actuando, pintando, esculpiendo o escribiendo. Un pulso al imposible. Apuesta que se redobla estando las cosas como están.

Marcos Ordónez, crítico teatral de El País, escribe hoy en su periódico a propósito de la situación que actualmente atraviesa el mundo del teatro. Y viene muy al caso que lo lean para saber cómo respira la cosa y la jeta que algunos tienen.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Teatro/espanol/viaje/parte/elpepicul/20111124elpepicul_1/Tes

miércoles, 14 de septiembre de 2011

TORRES ARDIENDO MÁS ALLÁ DE ORIÓN

Hace diez años conducía un Fort Scort rojo de mi padre que tenía más de quince años. Vivía en Cáceres en un piso de la calle Médico Sorapán con unas vistas muy feas pero con una luz especial. Veía a mis padres cada quince días y les contaba muy poco de mi vida. Cuando iba a la casa del pueblo, escondía el tabaco en una caja de zapatos encima del armario. Los sábados devoraba el suplemento cultural de El País y por las noches me daba por no salir. Tenía una novia que no quise como debía aunque fui franco con ella, quizá más que con nadie. Me repartía entre varios grupos de amigos. Por aquella época empezaba a darme cuenta de que todo iba para abajo y de que mucho me iba a costar enderezar el asunto. Sigo sin saber cómo hacerlo.

El once de Septiembre de 2001 tomaba unas cañas en el bar La Giraldilla de Cáceres junto a mi exnovia y un amigo de instituto, de curioso apellido para lo que viene al caso, Torres. Recuerdo que los tres habíamos salido de hacer un examen de Septiembre cada uno en su carrera. Mi amigo había hecho un buen examen de Materiales o alguna asignatura del estilo. Mi ex no había contestado a todo en su examen de magisterio infantil pero no le importaba mucho porque ya sabía que esas cosas carecían de importancia. Lo mío era algún derecho, puede que mercantil, y no sé muy bien si no me presenté o hice un examen mediocre, o un examen aceptable pero desde luego en ningún caso un buen ejercicio porque me recuerdo postrado en la barra mirando la tele colgada en la esquina del techo mientras mis acompañantes no paraban de reír.

El camarero echó una ojeada a la tele cuando me vio tan embelesado. En la pantalla las Torres Gemelas echaban humo mientras las letras corrían a toda velocidad por debajo dando detalles reales o inventados sobre el incidente. El locutor, Matías Prats, dijo que se habían incendiado. De primeras me pareció espectacular y después extraño. Mis amigos se reían comentando algo, entonces pedí un poco de silencio porque aquello era tan extraño y tan espectacular que merecía un poco de atención pero ellos parecían tener asuntos más importantes que atender y Torres le pidió con sorna al camarero que andaba trajinando en la cocina si hacía el favor de grabarme las imágenes ya que me interesaban tanto. Entonces soltó una carcajada y todos se rieron con él, yo también sonreí pero seguí mirando aquellas imágenes esperando no sé qué. Recuerdo que comíamos salchichas con salsa brava, recuerdo que me fui de vuelta a mi pueblo solo, en el Fort Scort rojo. Recuerdo que fue un viaje agónico porque no tenía radio en el coche o estaba estropeada y por aquel momento ya intuía que aquellas torres no podían haber echado a arder por cualquier cosa. Recuerdo también que aquellas imágenes reales me parecían casi una película. Por la tarde o al día siguiente, compré como cinco o seis periódicos con la noticia en portada y los devoré sabiendo que aquello era horrible pero al mismo tiempo histórico. Una sensación extraña.

Hace un par de años quise volver a verlos y no estaban en el trastero. Le pregunté a mi madre y dijo que quizá los tuviera mi abuela. Cuando subí a verla estaba blanqueando la pared del corral y para que las gotas no salpicaran el empedrado había cubierto el suelo con un montón de torres ardiendo.

martes, 13 de septiembre de 2011

DEL OTRO LADO

Acudí a menudo a las manifestaciones que el 15-M convocó en Sol. Asistí a varias asambleas. Colaboré en alguna comisión. Sin ser un defensor enconado y ciego del movimiento, defendí y defiendo sus efectos positivos en muchos jóvenes (entre los que me incluyo) que estábamos desencantados con el bipartidismo anestésico que nos gobierna (culpa de los políticos) y con el hastío que la corrección política y la sociedad del bienestar ha metido en nuestras venas (culpa, sobre todo, nuestra). Desde hace unos meses me veo con frecuencia en la situación de hacer ver las bondades del movimiento que, por otro lado, me parecen obvias, así como he de contrarrestar la enorme cantidad de descalificativos que nos llevamos aquellos que creemos que de aquí pueden salir más cosas buenas que malas.

Aún así he leído con provecho el artículo que Gregorio Peces-Barba publica hoy en la Tribuna de El País porque me parece oportuno dar pábulo a la defensa de la postura contraria, sobre todo si es con criterio, aunque de tan indignado como está con los indignados del 15-M pierda un poco de claridad y atribuya al movimiento más acusaciones de las que hizo o, por error, generalice tanto como el primer ministro británico al condenar a los "inciviles" causantes de las revueltas en Londres. No me veo en posesión de la superioridad intelectual que nos atribuye el catedrático pero con todo lo corto que soy he de reconocerle sus aciertos, sobre todo a la hora de limpiar una transición que, lejos de ser perfecta, no se merece toda la mierda que en la actualidad se le está echando. Leánlo porque hace replantearse la postura de cada uno y eso siempre es bueno.

De pasada cierra el artículo con un perfil de los próximos candidatos a la presidencia del gobierno y si bien se queda corto con Rajoy, al que ve más inofensivo de lo que puede llegar a ser, manifiesta una fe infinita en el candidato socialista y no le atisba ni un puntito lo siniestro. ¿Será que soy un mal pensado?

viernes, 5 de agosto de 2011

LA CASTA POLÍTICA

Este artículo de Juan Benet habla de cómo la política tiende a "progresar", lo que entraña una deriva absurda y peligrosa. Se escribió hace treinta años y en esas estamos.

HAY DÍAS Y DÍAS

Hoy ha sido un día especial por tres razones:

Uno. He vuelto a ir a un espectáculo de Santi Senso.

Dos. Me he reencontrado con un Jose (o José o Jota o Potar o José Jesús o Chechulo) que hacía tiempo que no veía.

Tres. He leído una pintada en la pared de mi casa que me ha gustado y que no he fotografiado porque la cámara de mi móvil está k.o. Un empleado municipal la estaba limpiando sin éxito: "Inmigrantes, por favor, no nos dejéis solos con los españoles".

lunes, 25 de julio de 2011

CONFIAR DEMASIADO EN UN ESTILO DE MÚSICA

Por Dios, que dejen de organizar batukadas cada vez que la gente se reúna por cualquier motivo. Son una plaga. Es absurdo. ¿Por qué no cantan flamenco, o gregoriano, o se acuerdan de danzas autóctonas de la siberia, o hacen teatro kabuki? El tema roza un poco el esperpento, además me resultan tremendamente antipáticas. El abuso siempre es malo.

jueves, 14 de julio de 2011

Hubo una noche en que estuve sentado con vosotros al fondo del parque y reíamos mirando el cielo y fue lo más cerca que estuve de la felicidad o de la tranquilidad o del equilibrio

- Mira, ésa ha iluminado el cielo entero

y yo quería ser la estrella que vimos, una pura incandescencia que atraviesa el tiempo quemando el polvo que la rodea. Esta mañana el cielo estaba claro y sólo había una nube pinchada en una antena. Deberían llover lágrimas el día que pedimos perdón. Perdonad la arrogancia con que os traté y cómo os fui negando, sacudiéndome uno a uno como polvo en el camino, mientras yo me hacía grande y me levantaba sobre mí mismo y me convertía en lo que siempre había deseado. Mi madre a la salida del cole

-Ten cuidado con lo que quieres ser, porque lo conseguirás

soy un conjunto de cadáveres, un collar del que penden cuidadosamente cada uno de vuestros afectos ya secos y fosilizados. Un collar que luce espléndido en mi cuello. Pero todavía recuerdo

- Ves, la Osa Mayor es aquella

sentado en ese parque pequeño o grande en el que había voces en los arbustos que susurraban lo felices que éramos. Pero ahora no sé quién soy. Me gusta pensar que estoy repartido en cada uno de vosotros: mi brazo contigo, Manuel, mi nuca en la cama de Laura, mi tobillo y mis uñas con María, mi boca en tu piel, Alejandro, mi lengua en aquella chica extranjera que una vez me amó, mis pulmones en Tomás, los agujeros de mi nariz por los que tan mal respiro

(sniff, sniff)

en los zapatos de Adriana, mi corazón en una buhardilla, picoteado por un pajarito que lo toma de alimento, mi ombligo lo guardas tú, Mamá, no lo olvido. Mi nombre es Legión. No tengo apellidos.

Al final de la tarde han caído unas gotas. Entro en casa y dejo el pájaro triste del paraguas en la puerta. Me preparo para la noche, para recibirla solo ahora que lo merezco. Me gusta disfrutar de esta culpa de haberos ignorado pensando que podía prescindir de vosotros. Me he convertido en lo que quería, lo hice de una manera perfecta, como cuando dibujaba aquellas circunferencias con el compás

- Muy bien, hijo mío

Ahora tengo una pelota chiquitita (tan redonda como las de clase de gimnasia) en algún lugar del estómago. Es increíble que una cosa tan pequeña como una estrella

- ¡Mirad, mirad, esa sí que brilla!

me esté destruyendo de manera tan dulce. Ya no sabéis quién soy, nada de mí queda en vosotros. Aquel parque que no era la felicidad, ni la infancia, ni la amistad, sino el lugar al que siempre debí llevaros y nunca lo hice, está ahora delante de mis ojos

- Y mis ojos están contigo, ¿recuerdas?

Ahora que me rodeáis, ahora que es de noche, os pido disculpas por última vez. Palabra de honor que deberían llover lágrimas el día que pedimos perdón.

sábado, 25 de junio de 2011

De lo que no cicatriza

"Las heridas son una parte fundamental de la vida y, a menos que uno no esté herido de alguna forma, jamás se hará hombre."



Paul Auster

El problema está en arrastrar una herida que no es la tuya. Ni siquiera es una herida que quieres. Si todos, para ser hombres, debemos cargar con la nuestra podríamos elegirla al menos. La mía no me gusta. Hubiera querido otra.

lunes, 23 de mayo de 2011

viernes, 20 de mayo de 2011

La aventura en la Puerta de Sol



"Escribimos sabiendo que al cerrar el libro se vuelve a la misma acera desierta en medio de la noche, un autobús pasa con las puertas cerradas, llueve. Podemos imaginar ese autobús iluminado por dentro y a dónde llevaría, pero que se detenga o no, que abra las puertas, no depende sólo de la novela sino de una aventura común."

Belén Gopegui

lunes, 28 de marzo de 2011

SOBRE EL BEST- SELLER

"Dejar al lector sin reacción moral posible es, seguramente, la esencia del best-seller."
Alberto Olmos

sábado, 12 de marzo de 2011

SOBRE EL CINE AMERICANO


"El problema de los americanos -ahora les comprendo, después de haber trabajado un poco con ellos- es la velocidad. Van demasiado rápido en las películas, y sobre todo en el trabajo, una idea desplaza a la otra."

Raúl Ruiz

sábado, 19 de febrero de 2011

YO, ETC.

Martín López- Vega es un joven poeta asturiano con varios libros publicados. Ya me había acercado a él pero no tenía noticia de su último poemario, "Adulto extranjero" (DVD Ediciones). Lo descubrí en un blog donde destacaban un poema que me impresionó.


BIRKENAU EN DICIEMBRE

Ni siquiera ha nevado
para que nosotros,
los turistas de la conciencia,
alcancemos con facilidad
la suprema compasión.
Al menos
tampoco está la primavera
para desubicarnos
con un contraste poético,
algo es algo, sólo hay cuervos
y políticos
con flores blancas en la mano.

Si a alguien se le ocurre
la idea del infierno
sucede que un día
otro,
menos dotado para la alegoría,
acaba por construir su puerta,

y tras la entrada
sitúa ángeles descarriados
para que separen en dos filas
a quienes sirven
y a quienes no sirven
al proyecto del Gran Calculador:
no los buenos y los malos,
tan sólo los aprovechables
para el trabajo sucio
y los que ni para eso,
al fin y al cabo esto es el Infierno,
construido según
la normativa vigente
al respecto,
el cielo queda afuera,
por fin limpio,
la pureza ya puede
multiplicarse a gusto—

les desprenden de todo,
la ascesis debe ser completa:

maletas a un lado,
ya servirán
para los viajes de otros,

gafas, cepillos,
cabellos con los que hacer
chaquetas para otros.

Las vidas a un lado,
no se reciclan las vidas—

Take your time, dice el guía,
yo les esperaré afuera, prefiere
la compañía de los cuervos
al hedor de nuestras conciencias
que duermen mientras pensamos
«lo imaginaba más grande»,
mientras nos impresionamos
de no impresionarnos
como esperábamos.
Somos, ya se sabe,
contemporáneos
del desorden,
contradictorios,
fragmentados,
con derecho al capricho.
¿Esa, la herencia de esto?
Ah no sé, yo soy de estos.

Si en verdad aquel murió,
como dicen,
en la cruz por nosotros,
por quién murieron estos,
de qué nos liberó su muerte,
quién va a creer en ellos,
qué infierno ideal se construirá
usándolos como excusa
(miles de cristos involuntarios)
para que lo haga real quién y cuándo—

es hora de volver al autobús,
en la radio suena
«Wonderful life»
y nuestra guía sonríe
mientras ofrece las excursiones
del día siguiente,
la ruta comunista,
minas de sal, vodka, bisontes,

todo dice
«nada importa nada»,
probablemente
en una de esas vallas publicitarias
cuya lengua no entendemos
la joven en sujetador nos diga
«El Gran Calculador
les agradece su mala conciencia.
No es necesario
que hagan nada más»—

el gas descendió
sobre sus cabezas
y tenía la misma forma
que el espíritu santo.

sábado, 12 de febrero de 2011

LOS PERROS ROMÁNTICOS

En aquel tiempo yo tenía 20 años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar, ni rezar,
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.


Roberto Bolaño

jueves, 10 de febrero de 2011

MI ABUELA

Vino a visitarme el pájaro de colores pero esta mañana decidí no abrir la ventana.
En la cocina preparo un café en polvo con leche, también en polvo. No tengo galletas, ni mucho menos magdalenas pero mientras meneo la cuchara pienso en mi abuela,

- Escríbele una poesía, anda, que tu abuela ya hace 87 años.
- Ahora se la escribo, mamá.
- Escríbesela anda, y la cuelgas en el blog, verás que ilusión le hace.
- No seas pesada.
- Con lo lejos que estás. Y yo aquí sola. ¡Escríbesela!

El ras, ras eterno de la ropa contra la piedra de la pila de lavar, mi abuela en el corral lavando la ropa de la familia, podía haber hecho la colada al pueblo entero, ras, ras, y a colgar. Todo el corral estaba repleto de ropa blanca suspendida, chorreando un agua olorosa de jabón de sosa. Recogí otra vez las enormes bragas de mi tía llenas de tierra

- Tráelas chico

se las llevé a mi abuela que las sumergió en la magia de esa pila de lavar que sacaba las cosas blancas.

- Y si me meto dentro abuela, de qué color salgo yo.

No decía nada, ella solo lavaba y se reía muy fuerte. Y cavaba la tierra del corral para plantar

- Cuatro cosillas, para tener fruta para el verano

Yo me pasaba las horas muertas en el corral, esquivando los limoneros, las higueras, los rosales junto a la pared recién blanqueada. Las rosas reventonas, enormes como coles con algunas motas de cal en los pétalos, las hojas salpicadas del blanco de la pared por las prisas de mi tía a la hora de blanquear.

-Venga, agarra ahí el plástico. Échalo para acá.

En el metro de camino a Smichov me di cuenta de que solo mi abuela hacía las cosas bien. Mi abuela es un círculo que no se preocupa. Y yo todo el día pensando en mí y mi abuela sin su poema de 87 años. Y yo incompleto, yo eternamente pensado, yo frente a una fila o columna de profesores que me alaban y pongo cara de no saber que soy un genio, pura megalomanía, yo viviendo una vida prima desde los dieciséis años, impostando voces, haciendo el payaso, dando a entender lo que no soy incluso por encima de los límites aconsejables,

- “No me salvéis, intento así perderme.”

Mal leído Fonollosa, mal leído Nietzsche, parálisis, libros sin el lomo arrugado, un niño superdotado, mucho peor que un suicida, peor, un hombre que se arruina la vida pero sigue vivo,
- No exageres, chico.

Necesito a alguien que me guíe, un gurú, alguien que me de aliento

- Hijo, ¿por qué escribes estas cosas tan feas?

Ha pasado un año y las calles de Praga anestesiadas, pero ¿y la gente?

- ¿Quedamos mañana, Ivana?
- Coño, Ula, que no sé bailar tango
- Manu, tío, no has puesto la lavadora.

El jersey de cuello de pico con una mancha de frambuesa y sólo veinte minutos para ir al trabajo. Mi abuela ras, ras, y ya estaría limpio,

- Tráelo, chico

Y mi jefa, Irina,

- ¿Tú quieres trabajar aquí o en el cine?

Y yo, es-que-mira-esto-no-me-disgusta-pero-el-arte-es-lo-que-me-llama y entonces un frío grande, un suelo negro, donde estoy tumbado ensayando Medea Material, casi desnudo, exhausto, frente a un espejo, y la intuición de que mi padre iba a morir cuando todavía no había pasado nada, el director de teatro, gurú, me guió como pudo hasta que todo se estancó, no era él, pero aquella vez,

- Jason, tus hijos están muertos,

Me lo dijo con sequedad y yo, mejor que ninguna vez, rompí a llorar sin consuelo frente al espejo, me costaba reponerme, para animarme el director puso un cd, entonces empezó una obertura, era una tragedia pero por aquellos primeros segundos sonaba esperanzadora y quizá lo fuera, yo no sabía porque lloraba ahora,

- Porque al final la vida merece la pena.

Mi director exprimiendo sus últimos instantes de enseñanza y la ropa que me malvestía era blanca y simplemente estaba manchada de la sangre imaginaria de mis hijos imaginarios, y mi abuela metiéndola en la pila,

- Jasón, verás qué limpia sale.

Le acerqué la ropa de Jasón a mi abuela y vi, como todas las tardes, una mancha en el suelo del corral, pequeñita, circular y parda, y pensé, como todas las tardes, que era una piedra rara y por fin, me agaché pero me costó cogerla, no porque fuera pesada sino porque estaba incrustada allí por el tiempo, y descubrí que la piedra era, en realidad, una moneda de Alfonso XII,

- Mira que chula, Elo

ideal para presumir entre amigos, una moneda más vieja que mi abuela, ras, ras, pero mucho más oscura que la ropa que lava, Medea lavando sus trapos sucios, lady Macbeth, mi abuela matando a sus hijos para conseguir lo que quiere, mi abuela renunciando, mi abuela criando a sus hijos,

- Aprovecha el tiempo.
- Qué sí, mamá.
- Y come.
- Que sí.

Amanece, Praga está cubierta de nieve, las calles están vacías, la estación de Hlavní Nadrazí lleva tiempo escupiendo gente. Camino con mi jersey de cuello de pico, he conseguido disimular la mancha, es tan temprano que la nieve aún está blanca en las aceras, la calzada tiene el grueso de un palmo, ni rastro de huellas, ni rastro de sangre, solo hay un bulto al final del camino, es un pájaro muerto, está tan gélido que ni siquiera se le distinguen los colores.
Y mi abuela,

- Qué bonita la moneda, anda, llévasela a tu padre.

miércoles, 9 de febrero de 2011

DICHO POPULAR

Si te atrapa un remolino mientras nadas, no te resistas. Déjate engullir. Cuando llegues a su corazón, él te expulsará hacia arriba, y así te salvarás.

sábado, 29 de enero de 2011

"... la principal enseñanza de la literatura era la valentía, una valentía rara, como un pozo de piedra en medio de un paisaje lacustre..."

Roberto Bolaño, Los sinsabores del verdadero policía

lunes, 24 de enero de 2011

POESÍA CUBANA

Un poema extraño, también cercano, de Roberto Fernández Retamar:

FELICES LOS NORMALES

Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta."


Roberto Fernández Retamar

martes, 18 de enero de 2011

SOBRE EL CINE AMERICANO


Echándole un ojo a los favoritos me reencontré con una página sobre R. W. Fassbinder donde además de su biografía y filmografía cuelgan algunas declaraciones y entrevistas. En el siguiente fragmento habla del cine americano exponiendo un punto de vista que provocó polémica entre algunos círculos cinéfilos. Parece incluso contradictorio con algunas de sus actitudes pero a poco que se lea detenidamente se entenderá la congruencia de su tesis. Aunque a menudo no comparto su opinión, me llena de satisfacción leerle por la parte innegable de razón que tiene. Detrás de sus palabras, creo, se advierte su fascinante pensamiento y una personalidad llena de matices.

"De niño, vi muchas películas norteamericanas que me dejaron una gran impresión. No me acuerdo de sus títulos, sólo de su clima. El cine norteamericano es el único que me inspira cierta consideración porque es el único que realmente ha tenido un público. Es lo que consiguió el cine alemán antes de 1933 y por supuesto también hay directores en otros países que individualmente tienen contacto con el público. Pero en conjunto el cine norteamericano es el que ha tenido unas relaciones más felices con su público, y es porque no intenta ser un arte. Es una especie de cine que intenta divertir con el mayor suspense posible. Su estilo narrativo está desprovisto de complicaciones, de artificio. Es artificial, por supuesto, pero no artístico (...) Un europeo no tiene la misma ingenuidad que un cineasta de Hollywood. Nosotros siempre estamos obligados a considerar con mucha atención lo que producimos y cómo lo producimos, pero un día, estoy seguro, llegaré a contar historias sencillas. Y éste es mi continuo esfuerzo, aunque me causa muchos problemas. Los directores de cine norteamericanos se sitúan a un nivel que me parece muy sano. Tienen la idea de que Estados Unidos es la tierra de la libertad y de la justicia y hacen sus películas desde este punto de vista sin preocuparse demasiado del resto. Esto me parece admirable. Pero yo nunca he intentado copiar una película de Hollywood, como han hecho los italianos. Nosotros, más bien, hemos construido nuestras películas sobre nuestra comprensión personal del cine norteamericano."