Vienes de confesarles tu nombre
y quieres morir aquí.
Vienes de acostarte con todos
y pretendes que yo te entierre.
Vienes y me dices que me olvide
y que te quiera;
y que no mire a los árboles cuando me hablas.
Y aunque sabes que aceptaré, al menos
cuando abres la boca miro afuera para hacerme fuerte,
para que vuelva la vida por mis ojos
para saber que miro y siento, y no solo
amo a quien llega y me lo pide.
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