Los cuatro pájaros que pican pan
son testigos de mi desdicha.
Ahora no tengo valor para espantarlos
y te digo que voy a llorar y efectivamente
ahora estoy llorando
delante de los pájaros y de ti,
que no me tienes lástima,
ni me estimas,
ni me aprecias.
Y aunque me observas fijamente
no te conmuevo e incluso puedo
provocarte risa.
Me ves llorar de rabia y de dolor
y sigues juzgándome aunque confieso
mi cariño y te ruego que me ayudes.
¿Nada vas a hacer?
En el suelo sufro como un perro y solo digo
que otra vez sufrirás tu en el suelo
y te acordarás de tu desdén
y de mí
y de los pájaros.
1 comentario:
Y de los pájaros, siempre.
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